Categoría: Misterios

Llevamos cientos de años, tal vez milenios, hablando sobre ellos. Fantasmas, espectros y apariciones, habitualmente inexplicables, han formado parte de nuestras historias, de nuestro folklore, desde hace tanto tiempo que es casi imposible encontrar la primera mención a los mismos. Sin embargo, todavía hoy no hemos podido explicar realmente qué son los fantasmas. ¿Espíritus diabólicos llegados desde el más allá? ¿Almas de difuntos atrapadas todavía en nuestro mundo, donde vagan sin descanso? ¿Fenómenos explicables científicamente, como alucinaciones o efectos ópticos? Seguramente haya un poco de todo, porque en la gran mayoría de casos, los encuentros con lo inexplicable suelen tener una parte de leyenda y otra de lógica. Nosotros hoy queremos concentrarnos en uno de los misterios de apariciones más habituales, las que tienen lugar en las carreteras.

Y es que son muchas las historias de fantasmas en los caminos que ya se contaban hace siglos. Las encrucijadas como lugar predilecto para que estos espíritus hicieran acto de presencia, tal vez advirtiendo a los viajeros, tal vez simplemente asustándolos, por estar atados a aquel lugar donde puede que muriesen violentamente… Las mismas historias de encuentros en los caminos y carreteras se llevan contando todo este tiempo, y se han convertido en clásicos absolutos de la casuística paranormal, con ejemplos en todos los países del mundo. ¿Por qué se dan tantos encuentros con espectros en estos lugares de tránsito? ¿Tiene que ver con las almas que tal vez han perdido la vida en algún accidente, en ese mismo lugar? Estudiemos más de cerca estos casos tan interesantes.

Por la noche, cuando cerramos los ojos y nos dejamos llevar por el sueño, solo queremos descansar y olvidarnos de todo hasta el día siguiente. Ese estado de sueño es imprescindible no solo para el descanso físico de nuestro cuerpo, sino también para nuestro cerebro, que termina embotado después de todo el día y necesita desconectar, y también seguir ampliando su memoria, algo que realiza precisamente en ese estado de tranquilidad y sosiego. Es algo imprescindible para llevar una vida sana, el dormir lo suficiente, tanto en cantidad de horas como en calidad de sueño, para que al día siguiente estemos preparados para darlo máximo que se espera de nosotros. Sin embargo, a veces sufrimos trastornos del sueño que pueden generar problemas graves si son persistentes.

El insomnio es uno de los más comunes, y resulta de la imposibilidad de dormir durante mucho tiempo seguido. También tenemos las llamadas parasomnias, como el sonambulismo o la apnea del sueño. Sin embargo, una de las preocupaciones más habituales para muchos son las pesadillas, esos sueños oscuros que tenemos a veces y que nos despiertan de puro terror. Esas pesadillas no son más que el reverso tenebroso de las ensoñaciones que tenemos durante la fase REM del sueño. Esto significa que todos soñamos, cada noche, pero no solemos recordar esos sueños… a no ser que despertemos en medio de uno de ellos, como ocurre precisamente con las pesadillas. Muchos las siguen sufriendo en su edad adulta de manera corriente, e incluso las relacionan con ciertos sucesos, otorgándoles un significado que puede ser muy oscuro.