Los beneficios de realizar actividades físicas están hoy por hoy más que demostrados. No hay más que analizar los estudios realizados, en todas las partes del mundo, comparando a personas sedentarias con personas activas. No hace falta ser un atleta profesional, ni siquiera ir todos los días al gimnasio. Dependiendo de nuestra edad y nuestro cuerpo, simplemente salir a andar todos los días a buena velocidad nos ayudará a mantenernos mucho más sanos. Los beneficios de la actividad física se combinan con los de una buena dieta, variada y saludable, para conseguir que nuestro organismo esté en su mejor forma posible. Y esto nos ayuda no solo a vivir más y mejor, sino a disfrutar más de lo que estamos haciendo en ese momento. Nos sentimos mejor cuando realizamos deporte, despejamos nuestra mente de preocupaciones y favorecemos un mejor estado de forma para llenarnos de energía de cara al día a día.

El deporte nos permite tener mejor forma física, más resistencia, más fuerza, y nos ayuda a obtener nuestros mejores resultados tanto física como mentalmente. Esto tiene muchas ventajas en nuestra vida diaria, especialmente si tenemos trabajos relativamente sedentarios como estar en una oficina. Llegar a una edad avanzada en buena forma marcará la diferencia con aquellos que ya tienen achaques desde que cumplen los 40. Se nota no solo en la forma física, sino también en la propia vitalidad de las personas. De hecho, muchos aseguran que el ejercicio físico les ha venido de perlas para mejor su rendimiento sexual. Y es que a la hora de entregarnos al placer, sobre todo cuando hablamos de un coito vigoroso, la forma física es indispensable. El sexo se podría catalogar como ejercicio de alta intensidad, ya que estamos dándolo todo en movimientos que requieren no solo fuerza, sino también resistencia y flexibilidad. Dependerá, por supuesto, del tipo de sexo que practiquemos, su intensidad, su duración… Pero no son pocos los que afirman que la actividad sexual también se podría considerar como actividad física. ¿Puede ser el sexo un deporte? Aquí vamos a profundizar en esta cuestión.

Para los estadounidenses hay pocas cosas más sagradas que el baloncesto. Tal vez el beisbol o el fútbol americano, la triada de grandes deportes que se viven de una manera intensa en el país norteamericano. Y de estas tres disciplinas, sin duda la más vistosa y espectacular es la primera, el básquet, un deporte que ha arraigado en suelo estadounidense desde hace más de un siglo. La competición nacional, la NBA, es uno de los campeonatos deportivos que más dinero mueven a nivel mundial. El equipo nacional de Estados Unidos acostumbra a ganar medalla en todos los grandes campeonatos incluso cuando sus mayores estrellas rechazan participar. El sueño de cualquier niño que juega a encestar en una canasta es llegar a esa competición y medirse con los más grandes. Pisar el mismo parqué que ídolos como Jordan, O´Neall, Bryant o James. Y es un sueño posible para muchos jóvenes americanos.

Lo hemos visto en infinidad de películas sobre institutos y adolescentes, pero lo cierto es que en esas tramas, al menos, el realismo es bastante adecuado. El chico joven que destaca en un deporte y tiene que concentrarse en ser el mejor para poder estudiar en una buena universidad, con una beca deportiva. Es un anzuelo perfecto para presentar a esos chicos todavía menores de edad ante un reto máximo, una responsabilidad que a veces se hace demasiado pesada. Porque no hablamos de chicos en su último año de instituto, sino de jóvenes que deben estar ya concienciados desde los 14 o 15 años para ser deportistas profesionales. Aspirando a todo, buscando los mejores resultados deportivos, pero sin descuidar tampoco los lectivos. Una edad en la que lo natural es querer estar todo el día con tus amigos, buscando chicas y transgrediendo las primeras normas como beber o fumar. Una edad para aprender y para disfrutar de la vida, que se queda reducida a entrenamientos, partidos y poco más. Pero es un sacrificio que, para la mayoría, vale la pena cuando fichan por una gran universidad y tienen la opción de llegar a lo más alto. ¿Cómo convencerles de que ese equipo es el que se merecen? Precisamente ofreciéndoles lo que no han podido disfrutar en ese tiempo.

La lucha libre se ha convertido en uno de los deportes-espectáculo más populares del planeta en los últimos tiempos, y si bien es cierto que los auténticos días de gloria de esta disciplina parecían haber quedado atrás en los años 90, la revolución de la WWE en los últimos años está atrayendo e nuevo público, que disfruta con este show en el que grandes luchadores se enfrentan, siempre de manera coordinada, creándose amistades, rivalidades, traiciones y todo tipo de historias guionizadas que luego tienen su culminación en el ring. La disciplina se ha hecho muy popular en todo el mundo, aunque Estados Unidos sigue siendo su epicentro, ya que la mayoría de patrocinadores están allí. Eso no significa que, en el resto de países, la WWE no tenga también una gran presencia a través de los shows transmitidos por televisión.

A lo largo de la historia de la lucha libre han sido muchos los deportistas que han destacado en el cuadrilátero, por su carisma, por su fuerza, por su vitalidad, por su manera de llevar este deporte a nuevas cotas… ¿Quién no recuerda al inmenso Hulk Hogan, toda una estrella mediática en su momento? ¿O al Enterrador, ese personaje al que todos admiraban… y temían? Luchadores como Dave Batista, John Cena y Dwayne The Rock Johnson aprovecharon su fama y sus victorias para convertirse en celebridades, sobre todo en el cine. Pero hay un luchador que siempre ha destacado entre los más jóvenes por ser muy diferente al resto, por sus movimientos voladores tan originales y por llevar con orgullo la influencia de la lucha libre mexicana en esta imponente competición. Se trata, por supuesto, de El Rey Misterio, uno de los luchadores más carismáticos de la WWE, que tras varios años fuera del negocio volvió en 2020 por todo lo alto acompañando a su hijo Domniki, en uno de los regreso más aplaudidos de la disciplina.

Es uno de los mayores espectáculos deportivos del mundo, un imponente show que atrae a millones de fans en todo el planeta, y que se retransmite en decenas de países. La lucha libre tal vez no esté en su mejor momento, y los años de gloria de los 80 y principios de los 90 ya queden lejos, pero el interés que todavía despierta en las nuevas generaciones y en aquellos que vivieron aquella época dorada sigue siendo importante. Es por eso que hoy por hoy, la WWE sigue ofreciendo auténticos combates épicos entre luchadores que son estrellas absolutas, y que como hemos podido comprobar en los últimos años, tienen tirón suficiente incluso para convertirse en estrellas de cine por todo lo alto. Y tú, ¿alguna vez habías pensado en realizar este deporte?

No es sencillo llegar lejos en la lucha libre, por supuesto. Es un deporte muy encaminado al show y al espectáculo, y aun así, la preparación física debe ser brutal. Porque todos los luchadores deben prepararse por completo para ser superhombres, auténticos culturistas que sepan combatir, pero que también tengan carisma, ya que tan importante es lo uno como lo otro. Lo cierto es que hay mucha gente que se interesa por esto de empezar en la lucha libre, ya sea porque disfruta del deporte en sí o porque lo ve como una opción para alcanzar fama y dinero. Sea cual sea tu posición, nosotros te vamos a dar aquí algunos consejos para que consigas ese objetivo, aunque no sea sencillo. Con esfuerzo y pasión, todo es posible.